Insultando a la inteligencia

La insultaron tanto el periodista Fernando del Rincón como Correa. Del Rincón, que nos importa menos, porque no se preparó. No le preguntó a Correa sobre los casos de corrupción de Odebrecht, la delación de Conceicao Santos, el informe del departamento de Estado, las transferencias al “tío”, los vínculos de Glas con los sectores estratégicos, y sobre todo: como explicar que todos estos casos, TODOS, se dieron en su gobierno. Durante “la década ganada”.

Rincón le permitió un “espacio político contratado” en el cual Correa interpeló a Moreno cuando el interpelado debió ser él, que es quien tiene que explicarnos como en sus narices y a su vista y paciencia, se dio el caso de corrupción mas escalofriante de la historia del Ecuador.

Correa, una vez mas, se burló de todos nosotros. “Pregúntenle a Ángela Merkel” dijo cuando se le preguntó sobre la reelección indefinida, comparando al régimen parlamentario europeo, donde existe una verdadera independencia de poderes, con el régimen presidencial de nuestras américas, donde muchas veces tal independencia no existe. Correa nos insulta cuando nos dice que la alternabilidad debe resolverla el pueblo en las urnas cuando es uno de los elementos fundamentales de la democracia, establecida para evitar el nocivo caudillismo.

Correa nos insulta cuando nos dice que “el mundo tiembla por la prisión de un inocente” mientras no trepidó en meter a la cárcel a quienes le reclamaban en una calle, en enjuiciar a sus opositores para amedrentarlos, en usar la justicia para aumentar su patrimonio, en indultar, el ultimo dia de su mandato, a un extranjero desaprensivo “por haberse arrepentido”.

Correa nos insulta cuando nos habla de la década ganada cuando el país está sobreendeudado, el petróleo prevendido, no hay inversión, la carga tributaria es confiscatoria, la construcción decrece y la economía se estanca.

Correa nos insulta cuando nos habla de “casos excepcionales de corrupción”, cuando la corrupción ha sido una constante de su gobierno desde la época del comecheques. Correa nos insulta cuando nos dice que varios de los sindicados “no son de Alianza País”, cuando ello no tiene trascendencia, ya que fueron parte de su cogollo, de su gallada, de su circulo íntimo. Correa nos toma el pelo cuando “mete las manos al fuego por Jorge Glas” mientras cada día se evidencia mas la conexión entre “vidrio”, el “tío” y la empresa “Glory”, quienes, junto a otros, conformaron una pandilla que planificó, orquestó y ejecutó un atraco monumental a los fondos públicos en los sectores estratégicos del país.

Correa nos insulta cuando nos habla de su “jubilación” cuando tiene un séquito en Bruselas que solo se explica por sus exageradas demandas y la debilidad inicial del gobierno. Correa nos insulta cuando habla de libertad de expresión mientras en su gobierno se clausuraron radios, se impusieron multas repetidas a los medios independientes y se utilizó desaprensivamente a los medios estatales.

¿Qué es Correa? Muchas cosas, pero sobre todo, un gran cínico y el responsable político de la debacle moral de la República.

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