El “estallido” de Xavier Lasso

Ricardo Noboa

Guayaquil, Ecuador

La Casa de la Cultura fue el ágora para conmemorar el octubre rojo. Ahí se dieron cita varios socialistas del siglo XXI.  Salvo los que están en México, Latacunga o la cárcel 4, muchos anduvieron por ahí. ¿El motivo? La segunda edición del libro “Estallido”, convertido en biblia de una izquierda radical criolla que hoy no tiene referentes intelectuales sino solamente agitadores.

“Biblia” que, sin duda trata de colocar a la altura de las grandes protestas sociales masivas a una turba que no trepidó en incendiar, lapidar, vejar y violentar la propiedad pública y privada y la integridad del ciudadano común, causando daños patrimoniales severos a la ciudad de Quito.

Hoy quieren reescribir la historia y lo que fue una asonada violenta sufre una metamorfosis kafkiana y se convierte en gesta revolucionaria. 

Ahí estuvo Jhajaira Urresta, asambleísta correísta y de paso por aquella Pichincha cuya capital fue agredida sin miramientos, en claro símbolo de la alianza UNES-CONAIE que Iza desmiente sin rubor todos los días pero que en los hechos se evidencia a través de acciones, coincidencias y últimamente por un desembozado golpismo que quiere, a todo trance, buscar en el art. 130 de la Constitución el resquicio para romper la institucionalidad del país y mandar a la casa, incómoda Fiscal incluida, a todas las autoridades legítimas de la república.

No importa que no hayan ganado las elecciones, lo que no se gana en las urnas se gana en la trifulca y a ortigazo limpio.

Al fin y al cabo, para qué está la justicia indígena sino para aplicársela a los sujetos que tratan de que perdure un capitalismo “en crisis terminal” como dice Andrés Tapia, corresponsable del “Estallido” al que nadie le explicó que hasta China es capitalista hoy en día y que solo el Foro de Puebla, alimentado por los petrodólares de Nicolás Maduro lavados a través de Alex Saab, alienta en América Latina esta franquicia de la corrupción y el empobrecimiento masivo llamada “socialismo del siglo XXI”.

Y todo esto es lo que cohonesta con aplausos, según aparece en la foto publicada en los diarios, Xavier Lasso, ex canciller interino del correísmo, hoy protagonista del claqué y unido a todos aquellos que, como una ola se han juntado para desestabilizar la democracia.

Sus palabras en el lanzamiento de la segunda edición de “Estallido”, auspiciada por el Fondo de Cultura Económica, casa editorial que Lasso representa en el país, apuntan a “democratizar” la historia del octubre rojo en contra de los partidarios “del relato único” y los que pretenden “invisibilizar los hechos”, en clara alusión a todos los que consideramos que octubre 2019 tiene un solo relato: el de la anarquía, el caos, el abuso y la violencia.

Xavier Lasso se pone, una vez mas y con palabra suelta, al igual que lo hizo cuando fue canciller interino del correato por pocos meses, en la orilla de la izquierda radical pasando a ser  mascarón de proa de cualquier nuevo estallido que se pueda dar en contra del gobierno de aquel con quien jugó de niño ante la atenta y aprobatoria mirada de doña Nora y con quien pasó algunas temporadas de vacaciones invitado en Barandúa hasta que llegó el año 2008 y descubrió, ya cerca de los sesenta años,  que toda su familia estaba en el lado equivocado de la historia. 

Y al cohonestar sin beneficio de inventario alguno lo que ocurrió desde el 2008, está cohonestando el secuestro de Fernando Balda, los abusos contra Galo Lara, la compra de los DHRUV, la “construcción” de la refinería del Pacífico, los chantajes del arroz verde, la eliminación de los controles al narcotráfico y tantos otros actos de lesa patria que se cometieron en el decenio de sus amigos.

Incluso el golpismo actual.  “Octubre ha significado el establecimiento de condiciones de lucha para una normalidad asimilada para un resumen de la sociedad” concluyó Iza.  Mario Moreno es inocente de este guión. Interpretándolo un poco debemos entender que la “normalidad asimilada” que proviene de octubre es el caos, la anarquía y la violencia. Iza es un activo miembro de esa normalidad. A la cual ahora, se ha sumado con entusiasmo Xavier Lasso.

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