Opinión

Mi corazón en Roma

Antonio Villarruel
Quito, Ecuador

Nadie parece decir nada, nadie parece horrorizarse o es que ya todos dieron por sentado, a golpe de costumbre o simple novelería de la boba y servil y folclórica política latinoamericana. Ya dirán: es una jugada diplomática y además espiritual normal y deseable, una iniciativa nacional que todos aprobarían, un acto de contrición ecuménico y libre de mal, algo que hasta la oposición retrógrada y opusdeísta ve con ojos piadosos y corderiles. […]