BOGOTA, Colombia (AP) — El presidente Juan Manuel Santos celebró el sábado el que delegados suyos hubieran llegado a un acuerdo con voceros del paro agrario tras 19 días de protestas y bloqueos en vías principales, pero reconoció que aún hay protestas en otros dos departamentos del país.
«En Boyacá, después de más de 120 horas de negociaciones, de reuniones, de análisis…, se firmó finalmente el levantamiento del paro agrario en los departamentos de Cundinamarca, de Boyacá y de Nariño», dijo el mandatario en un acto público.
Tras hacer hincapié en que en la noche del viernes delegados del gobierno lograron que se levantara también el paro agrario en el sureño departamento de Huila, el gobernante reconoció que «nos falta el sur (o solucionar el paro en departamentos como) Putumayo (y) Caquetá».
En ese sentido dijo que le pidió al vicepresidente Angelino Garzón que se trasladara a la ciudad de Popayán -370 kilómetros al sur de la capital colombiana- para que trate de conjurar la huelga en esos departamentos.
Agregó que el país por fin «va a tener que dirigir la mirada hacia el campo colombiano, donde no ha sido dirigida, no por los últimos años, por las últimas décadas; tal vez por los últimos siglos. El campo colombiano ha sido descuidado desde la época de nuestra independencia; el campo colombiano ha sido dejado al garete, y por eso en el campo colombiano se concentra la pobreza y la desigualdad».
Santos sostuvo que si la suerte estaba de su parte y de su gobierno, el domingo «habremos terminado esta tormenta que nos ha afectado muchísimo, que ha afectado al gobierno (y) que me ha afectado a mí y en qué forma, pero las tormentas hay que afrontarlas».
El ministro del Interior y actual secretario general de la Presidencia, Aurelio Iragorri Valencia, infomó con anterioridad que lo acordado con los líderes del paro agrario era un arreglo y no la solución definitiva o total al problema.
«Es un plan de choque para solucionar problemas específicos que ellos (los campesinos) nos han pedido en un pliego. ¿Cuáles son esos problemas? El tema de las semillas, el tema de la financiación, el tema de los insumos, el tema de las medidas de salvaguarda, el tema de la protección a productos… de clima frío», agregó Iragorri desde la sede de las conversaciones en Tunja, capital del departamento de Boyacá y a 130 kilómetros al noreste de Bogotá.
Uno de los garantes de los diálogos fue el arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro, quien en la madrugada del sábado informó sobre culminación del paro agrario, especialmente de lecheros y cultivadores de clima frío como paperos y cebolleros.
El otro garante, Jorge Armando Otálora, defensor del Pueblo, dijo telefónicamente a The Associated Press que el acuerdo de Tunja demuestra que «ese es el camino que todos estábamos buscando y esperando… porque las reivindicaciones que buscaban los campesinos son muy justas y así lo reconoció el gobierno».
Si bien el miércoles un sector de camioneros de carga, que también estaba en paro desde el 19 de agosto en reclamo de una rebaja de 2.000 pesos (un poco más de un dólar) en el precio del galón de combustible, llegó a un acuerdo con el gobierno, otro grupo de camioneros mantiene bloqueada una vieja carretera que comunica a Bogotá con la ciudad de Villavicencio, a 75 kilómetros al sureste de la capital colombiana.
William González, uno de los veceros de esos camioneros, dijo a la AP por teléfono que 61 camiones cargados con petróleo, nafta y gas están paralizados en la vía Bogotá-Villavicencio. «Hay 47 camiones (parados) en Bellavista y 14 en La Nora».
Indicó que el sábado habrá una reunión entre las partes en Villavicencio para tratar de conjurar la crisis.
La protesta de los cultivadores, iniciada el 19 de agosto y a la que se sumaron otros sectores como los camioneros que transportan carga, no sólo ha derrumbado la popularidad del presidente Juan Manuel Santos sino que además tiene a sus planificadores económicos en busca de fuentes de financiamiento para cubrir los diferentes compromisos adquiridos para 2014, año de elecciones presidenciales.
El 29 de agosto último se presentó el día más álgido del paro agrario cuando supuestos estudiantes que dijeron estar apoyando a los campesinos se enfrentaron a la fuerza pública en el centro de Bogotá con un saldo de decenas de heridos y detenidos. Un día después Santos ordenó la militarización de la capital colombiana.
Según una encuesta divulgada el miércoles por la firma Gallup, la popularidad de Santos cayó tras las protestas de 48% en junio a 21% en septiembre. El mandatario aún no ha dicho oficialmente si buscará la reelección en mayo de 2014. Para eso tiene plazo hasta finales de noviembre.