Combates se recrudecen en Ucrania en víspera de reunión Putin-Poroshenko

Kiev, 15 oct (EFE).- El este de Ucrania volvió a ser hoy escenario de escaramuzas y emboscadas entre fuerzas gubernamentales y milicias prorrusas en víspera de la reunión en Milán entre los presidentes de Ucrania, Petró Poroshenko, y Rusia, Vladímir Putin.

«Muere gente cada día. No hay paz. En su mayoría es artillería de largo alcance, pero en algunos lugares tienen lugar combates cuerpo a cuerpo», dijo Boris Litvínov, presidente del Soviet Supremo de la autoproclamada república popular de Donetsk.

Sin ir más lejos, más de un centenar de soldados ucranianos, entre los que habría muertos y heridos, fueron emboscados hoy por las fuerzas separatistas, que hicieron oídos sordos a los llamamientos a cesar las hostilidades de sus propios superiores y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

«La situación puede considerarse crítica. Aproximarse al lugar de los combates es imposible debido a los continuos bombardeos con armamento pesado desplegado (por los milicianos) en una zona boscosa», informó hoy Guennadi Moskal, gobernador de Lugansk.

Según la fuente, un total de 112 efectivos del Ejército y de la Guardia Nacional ucraniana fueron atacados en la zona de Bajmutka por las milicias prorrusas, que disponen de una veintena de tanques y otros tantos blindados.

Moskal agregó que varios de ellos, incluido el comandante de un batallón y algunos militares heridos, han sido hechos prisioneros por los insurgentes.

En su opinión, los milicianos locales no se subordinan a los dirigentes de la autoproclamada república popular de Lugansk y no se sienten obligados a respetar ninguna tregua, mientras los soldados ucranianos permanezcan desplegados en la zona.

Tras varios días de relativa calma, los combates se han recrudecido en Lugansk y Donetsk coincidiendo con el nombramiento de un nuevo ministro de Defensa, el antiguo jefe de la Guardia Nacional, Stepán Poltorak.

Esta semana más de una decena de soldados gubernamentales habrían muerto en diversos ataques contra puestos de control o al pisar minas, según informó el mando militar ucraniano.

Los combates también se han reanudado en los alrededores de la ciudad costera de Mariupol (mar de Azov), la segunda en importancia de Donetsk y sede del gobierno provisional leal a Kiev.

Precisamente, cerca de Mariúpol siete civiles murieron ayer durante una procesión fúnebre al ser alcanzados por cohetes lanzados supuestamente por insurgentes prorrusos.

Kiev comunicó a la OSCE esta nueva violación del alto el fuego que fue declarado por ambos bandos el pasado 5 de septiembre, y que fue acuñado dos semanas después en el Memorándum de Minsk.

Esta nueva escalada de tensión ensombrece las perspectivas de la reunión que mantendrán en Milán los líderes de Ucrania y Rusia, en lo que será su tercer encuentro desde el estallido del conflicto y que se espera al margen de la reunión entre países de Asia y de la UE que se desarrollará mañana y el viernes en esa ciudad italiana.

«Conduciremos negociaciones extremadamente importantes con los líderes rusos sobre asuntos como la instauración de la paz, garantizar el proceso de paz, la puesta en marcha de un proceso político y la distensión en el este de Ucrania«, dijo Poroshenko.

El presidente ucraniano subrayó que no sólo Ucrania, sino toda la comunidad internacional, tiene grandes esperanzas en que la cumbre eurasiática de Milán impulse el arreglo del conflicto en el este deUcrania.

Poroshenko aseguró esta semana que no espera «negociaciones fáciles», pero se mostró optimista sobre la implementación del Memorándum de Minsk, que estipula, entre otras cosas, la retirada del armamento pesado de una zona de seguridad de 30 kilómetros entre ambos bandos.

Al respecto, el Kremlin informó hoy que ambos mandatarios acordaron anoche en una conversación telefónica abordar en Milán las medidas para el arreglo pacífico del conflicto.

En vísperas de dicha reunión, Putin ordenó el inicio de la retirada de las tropas rusas desplegadas en la frontera con Ucrania, aún cuando los ejercicios militares no concluían hasta el 30 de noviembre.

El repliegue ruso ha sido constatado por el Consejo de Seguridad Nacional y de Defensa de Ucrania y por el secretario de Estado de EE.UU, John Kerry, quien, no obstante, llamó ayer a garantizar el control sobre la frontera ruso-ucraniana.

Ucrania se encuentra en medio de la campaña para las elecciones parlamentarias del 26 de octubre que los separatistas quieren boicotear en las zonas bajo su control, donde han convocado sus propios comicios para el 2 de noviembre. EFE

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