El fin del bipartidismo en España

Martina Vera

Martina Vera Pérez
Madrid, España

El fin del bipartidismo en España se oficializa con más ímpetu esta semana y arrebata a Podemos el estrellato.

De acuerdo a la última encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuatro partidos tienen opción para las elecciones generales que se avecinan. A la cabeza, Podemos con 22,5%, nuevo partido de izquierda extrema que dirige Pablo Iglesias; le sigue el PSOE con un 20,2%, organización tradicional de centro izquierda en España, dirigida por Pedro Sánchez, rostro nuevo; el PP, partido de centro derecha que gobierna hoy con mayoría absoluta, en tercer peldaño con un 18,6%; finalmente, Ciudadanos, partido de centro-derecha que resurge con popularidad ascendiente dirigido por el joven Albert Rivera, detrás del PP con 18,4%.

A pesar de que Podemos cuenta con la mayor intención de voto actual, sus seguidores se reducen y sus retos se incrementan con rapidez. Si el partido no “dispara” sus números, deberá gobernar en coalición y negociar, cosa que los españoles desean, pero que a Iglesias no le hace gracia. “A mí no me veréis darme un abrazo ni con Rajoy ni con Mas”, aseguró el líder en un mitin en Barcelona. ¿Qué estanca el crecimiento de Podemos y puede obligarle a pactar en las elecciones?

Cuando te asocian al chavismo se pierden votos

Las recetas del chavismo no tienen buena fama en España. La razón es simple: un país de rodillas ante el desabastecimiento, la inflación, la inseguridad y la corrupción, no es ejemplo a seguir. Parece que este razonamiento no lo comparten del todo los líderes de Podemos, a quienes, tanto los medios de comunicación, como sus enemigos políticos, vinculan con el chavismo. Naturalmente, ese nexo, le resta seguidores al partido.

Hace pocos días, el Diario El Nacional de Venezuela, denunció el cobro en el 2013 de Juan Carlos Monedero, número tres del partido y mano derecha de Iglesias, de 425.150 euros al gobierno bolivariano por asesorar a Ecuador, Venezuela y Nicaragua sobre la creación de una moneda única. Este suceso es el segundo de su índole que llega a oídos públicos. Meses atrás se develaba que Venezuela pagó desde 2002 más de 3 millones de dólares a una fundación dirigida por los tres jefes de Podemos.

Ese partido advierte que su relación con el gobierno bolivariano le cuesta fama, e intenta distanciar sus cómodos encuentros con el chavismo. Pero, la estrategia se quedará corta si se destapan más trapos sucios al sol.

Cuando tus socios fallan, tú también pierdes

Pablo Iglesias no solo apoyó en campaña al presidente griego Alexis Tsipras, sino que también comparte su visión y quiere replicarla, de cierto modo, en España. Las propuestas de Tsipras e Iglesias abren la puerta a un debate muy necesario sobre los derechos del buen vivir, el fomento de industrias y productos nacionales, los efectos de la austeridad y los derechos laborales en sus países. No obstante, pecan de ambiguas y demagógicas. El cambio que prometen no es accesible en el entorno de la UE, con el radicalismo y la velocidad que aspiran. La actual situación de Grecia da fe de ello.

Iglesias se percata de que el incumplimiento de Tsipras afecta la popularidad de Podemos, por asociación. A pesar de ello, en lugar de trazar promesas más accesibles, opta por subir la tónica hacia las instituciones europeas. “Les recuerdo que España es una economía ineludible para el Euro y a nosotros no se nos puede amenazar”, dijo en su “discurso a la Nación” en Bellas Artes. Pero en la UE la mayoría absoluta impera sobre decisiones, sin importar lo ineludible que una economía se considere. Tanto España como Grecia, no suman esa mayoría y con tonos tan poco conciliadores, difícilmente conseguirán aliados que les ayuden a luchar por ella.

Ya no son los únicos nuevos por el cambio

Cómo dice el refrán “quien ríe último, ríe mejor”: ese desvela a varios rivales el progreso que logra, en las últimas semanas, el partido “Ciudadanos” comparado relación a Podemos. En enero del 2015, las encuestas del CIS posicionaban a Podemos con una intención de voto del 27,7% (cinco puntos por debajo al mes anterior). Hoy, cae al 22,5%. Mientras, Ciudadanos crece en enero 4 puntos en relación al mes anterior. La cifra se dispara este mes, a un 18,6% de intención de voto.

¿A qué se atribuye este cambio en el panorama político? Según los españoles, Podemos parecía la única alternativa al bipartidismo. Ahora, deja de serlo. En enero, las encuestas del CIS revelaron que un 47% de los que apoyan a Rivera lo hacen porque su partido es el que “más se acerca a lo que piensa y cree”. En el caso de Podemos, el 45% de sus simpatizantes lo son ante el desencanto que siente hacia los demás partidos. La tónica de Rivera incomoda menos al votante desencantado por el sistema político que la de Iglesias.

Queda claro entonces, que el fin del bipartidismo en España tiene más de un protagonista. Recuperar el estrellato le costará a Podemos un cambio de estrategia para llegar a los españoles con lo que buscan: conciliación, propuestas nuevas, transparencia y legitimidad.

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