El milagro ecuatoriano

Juan Carlos Díaz-Granados Martínez
Guayaquil, Ecuador

La matriz productiva elaborada por la SENPLADES nos ha llevado hasta aquí. Es la consecuencia directa de que el Estado haya planificado el desarrollo económico endógeno, sin considerar la posibilidad de fomentar las exportaciones o la inversión extranjera. De allí que, para el ala izquierda del gobierno, las salvaguardias son la única solución para el descalabro de su modelo económico. Es decir, mayor proteccionismo.

Ningún país del mundo se ha desarrollado de esa manera. Los países tras la cortina de hierro se empobrecieron hasta que la gente se hartó de vivir en la pobreza. El gobierno cree que la burocracia produce, cuando el sector privado es quien la mantiene.

Por eso, los países que más miseria tienen en la región son Argentina y Venezuela. Los que menos, son Ecuador, Panamá, México y El Salvador. De esos, tres están dolarizados y sus habitantes no sufren la tragedia de la pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos. Pueden comprar con créditos a mediano y largo plazo. México tiene un tratado de libre comercio con los Estados Unidos y con varios otros países, lo que le permite acceder a un mercado de consumidores que equivalen al 60 % del PIB mundial.

Es triste escuchar a funcionarios del gobierno pidiendo a la población que no compren productos importados. La receta para el fracaso. Es decir, solicitan que los importadores y los almacenes apaguen las luces de sus negocios durante el tiempo que duren las salvaguardias. Que despidan a su personal y no generen más impuestos.

Incomprensible. La solución no es comprar menos, sino vender más mientras el gobierno reduce su ingente nivel de gastos que sobrepasa sus ingresos.

Decir que se va a perseguir a los especuladores es ilegal. Los negocios tienen que subir los precios porque deben reponer su inventario con costos más altos, gracias a las salvaguardias. Pero no solo eso, ahora resulta que “la especulación” es consecuencia de los medios de comunicación que las informaron, no de las medidas tomadas por el gobierno.

Toda normativa gubernamental debe dirigirse a generar más fuentes de trabajo. La resolución 011-2015 del COMEX, que pone en vigencia las salvaguardias, causa lo contrario. Pensar que los importadores son parias de la economía denota que a los economistas del gobierno les falta calle. Son muy de biblioteca. La economía se fundamenta en el comportamiento humano. Si el precio final de un bien importado es más económico que producirlo en el país y ese producto tiene compradores, existirán comerciantes que lo importen.

Estados Unidos tiene una balanza comercial deficitaria crónica. Ellos sí emiten los dólares. La explicación es que importan insumos, bienes de capital y materias primas para fabricar y exportar o para el consumo local. Así funciona el libre mercado. Lo importante es que la balanza de pagos, es decir, el resultado final sea favorable.

Las salvaguardias, además de los cupos y demás restricciones contra al libre comercio, son medidas ideológicas y no técnicas, que se traducen en un impuesto que castiga a los ecuatorianos con mayor inflación, disminución del poder adquisitivo y aminora la oferta de productos de calidad.

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