Rusia vuelve a denunciar que se preparan falsos ataques químicos en Siria

Rusia volvió a denunciar hoy ante la ONU que «grupos terroristas» están preparando falsos ataques con armas químicas en Siria para tratar de culpar al Gobierno de Bachar al Asad y desencadenar una respuesta internacional.

El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, aseguró que a finales de octubre combatientes trasladaron varios recipientes con cloro a una localidad de la provincia de Idlib, el último gran bastión opositor, con esa finalidad.

Además, según Nebenzia, residentes de la zona han informado a fuerzas rusas de que la ONG Cascos Blancos estaba ofreciendo a ciudadanos comida a cambio de que participasen en un vídeo para mostrar un supuesto ataque químico.

Moscú, gran aliado de Al Asad, ha acusado repetidamente a la ONG, que se dedica a tareas de rescate en zonas bajo control opositor, de preparar montajes con armas químicas para culpar al régimen.

Rusia insistió en ello especialmente durante el pasado septiembre, cuando el Gobierno preparaba una gran ofensiva contra Idlib y mientras las potencias occidentales advertían sobre el posible uso de armas químicas en ese ataque por parte del Ejército sirio.

La ofensiva finalmente se frenó tras un acuerdo entre Rusia y Turquía, pero según Moscú los preparativos para una «provocación» química continúan.

Según Nebenzia, expertos militares rusos están vigilando la situación, con equipos para reconocer posibles productos químicos y biológicos desplegados en las inmediaciones de Idlib.

El diplomático ruso se expresó así en la reunión mensual del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el dossier químico sirio, una cuestión que divide desde hace años al máximo órgano de decisión de Naciones Unidas.

El Consejo creó en 2015 un mecanismo internacional para investigar quién estaba detrás de los ataques con armas químicas en el país árabe, que responsabilizó al régimen y al Estado Islámico (EI) de varios episodios.

La investigación, sin embargo, se clausuró el pasado año, después de que su continuidad fuese vetada por Rusia, que acusaba a los expertos de ser parciales en contra de Damasco.

Hoy, las potencias occidentales insistieron en que es necesario que los responsables de usar este tipo de armamento prohibido, especialmente el régimen, rindan cuentas.

En ese sentido, respaldaron los esfuerzos que está llevando a cabo la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y denunciaron una vez más que el Gobierno sirio ha seguido usando químicos en la guerra a pesar de haberse comprometido a destruir su arsenal en 2013. EFE

Más relacionadas